Pronunciado "ol-yow" (con 'L' suave y 'ão' nasal), Olhao Quizás sea uno de los pueblos costeros más auténticos del Algarve. A un corto trayecto en coche o tren al oeste de Tavira, es una excursión ideal para quienes buscan una mezcla de cultura marítima, arquitectura morisca, marisco fresco y una vibrante vida callejera. Este pueblo obrero tiene un encanto que no reside en su elegancia, sino en su personalidad: se siente auténtico, vivido y lleno de historias.

Comience su visita en el mercado legendario frente al mar, donde los lugareños compran pescado recién capturado y coloridos productos cada mañana (especialmente animado los sábados). Los edificios gemelos de ladrillo rojo, diseñados por el estudio de Gustave Eiffel, son iconos arquitectónicos por derecho propio. Siéntese en uno de los cafés al aire libre con un bica y pastel de nata, y disfrutar de la vista de los barcos de pesca meciéndose suavemente en la laguna de Ria Formosa.

Desde allí, pasea por el histórico barrio dos pescadores —el antiguo barrio de pescadores—, donde estrechas calles adoquinadas serpentean entre casas blancas de techos planos con influencias norteafricanas. Es el sueño de cualquier instagramer, pero también un barrio vibrante y con carácter. No te pierdas el arte callejero, las fachadas de azulejos y las tiendas de artesanía local escondidas en tranquilos callejones.

Ningún viaje a Olhão está completo sin pisar el agua. Ferries y taxis acuáticos corren con frecuencia hacia las islas barrera cercanas de Armona y Culatra, donde el tiempo parece detenerse. Estas islas ofrecen algunas de las mejores playas del Algarve: salvajes, vírgenes, perfectas para un relajante baño por la tarde o un almuerzo de mariscos junto al mar. Si tienes tiempo, visita ambas y compara su ambiente relajado.

De regreso a la ciudad, deténgase en uno de los muchos restaurantes de mariscos Bordeando el paseo marítimo o escondidos en calles laterales. Desde sardinas a la parrilla hasta almejas... en Bulhão Pato Desde pulpo hasta navajas, la gastronomía de Olhão tiene raíces profundas en el mar. Acompáñela con un vino blanco frío del Algarve y tendrá el broche de oro a su visita.

Ya sea paseando por el mercado, tomando un café junto al muelle o tomando un ferry hacia el paraíso, Olhão ofrece una experiencia auténtica, sensorial e inconfundiblemente típica del sur de Portugal. No es solo un lugar para visitar, es un lugar para sentir.