Encantos fronterizos: descubra Vila Real de Santo António y Castro Marim

Escondidos en el extremo oriental del Algarve, en la frontera española, los pueblos vecinos de Vila Real de Santo António y Castro Marim ofrecen una cautivadora combinación de historia, encanto ribereño y naturaleza virgen. Una excursión perfecta desde Tavira, estos pueblos revelan una faceta más tranquila y auténtica de la región, lejos de las playas abarrotadas y los bulliciosos centros turísticos.

Vila Real de Santo António, situada a orillas del río Guadiana, frente a España, es una elegante ciudad del siglo XVIII con un inconfundible trazado pombalino. Sus calles en cuadrícula y la imponente Praça Marquês de Pombal reflejan los ideales de orden y simetría de la Ilustración. Rodeada de tiendas, cafés y fachadas de azulejos, la ciudad invita a dar tranquilos paseos, cenar junto al río o incluso a un viaje en ferry a Ayamonte, justo al otro lado del río. No se pierda el paseo marítimo ni el centro cultural ubicado en la antigua aduana.

A pocos kilómetros tierra adentro, Castro Marim es más antiguo y rústico. Dominado por dos castillos en la cima de una colina —el medieval Castelo de Castro Marim y el Fuerte de São Sebastião, del siglo XVII—, el pueblo ofrece vistas panorámicas de las marismas, el río e incluso de España. Su papel histórico en la defensa fronteriza es palpable, y sus calles tranquilas y casas encaladas reflejan un ritmo de vida más tranquilo. La zona también es conocida por sus tradicionales salinas y su flor de sal artesanal.

Cada mes de agosto, Castro Marim acoge el Días medievales (Días Medievales), uno de los festivales históricos más célebres de Portugal. Durante cinco días, la ciudad se transforma en una villa medieval, con caballeros, bufones, artesanos y un animado mercado. La edición de 2025 está programada del 27 al 31 de agosto. Los visitantes podrán disfrutar de recreaciones históricas, música tradicional y un espectáculo nocturno de video mapping proyectado sobre las murallas del castillo. visitportugal.com

Los amantes de la naturaleza apreciarán el Reserva Natural do Sapal de Castro Marim y Vila Real de Santo AntónioUn humedal protegido con una rica avifauna, como flamencos y cigüeñas. Rutas ciclistas y senderos se entrecruzan en este paisaje llano, lo que lo convierte en un lugar ideal para una exploración tranquila al aire libre.

Ya sea que le atraiga la arquitectura, la observación de aves, la historia o simplemente un almuerzo junto al río, Vila Real y Castro Marim ofrecen una ventana única a los encantos más tranquilos del Algarve, donde Portugal se encuentra con España y el tiempo se ralentiza.

Praia da Fábrica – Joya escondida cerca de Cacela Velha

Si buscas una playa que te haga sentir como en un verdadero escape, no busques más. Playa de la Fábrica, justo al lado del pintoresco pueblo de Cacela Velha En el Algarve Oriental. Considerada a menudo una de las playas más hermosas de Europa, ofrece un paisaje de ensueño: una extensión interminable de suave arena blanca, aguas cristalinas de color turquesa y una ausencia total de rascacielos o chiringuitos.

Llegar allí es parte de la aventura. Tendrás que cruzar el Laguna de la Ría FormosaYa sea caminando durante la marea baja o en una pequeña embarcación durante la marea alta. Este sencillo recorrido realza el encanto y ayuda a preservar la tranquilidad e intimidad de la playa. Al llegar, solo estarás tú, el mar, el cielo y un espacio para respirar.

No hay tumbonas, ni cafeterías, ni música; solo el suave ritmo de las olas y el canto ocasional de las aves marinas. Es el lugar perfecto para quienes buscan soledad, belleza y una profunda conexión con la naturaleza.

No te vayas sin explorar Cacela Velha Encaramado en un acantilado sobre la playa, este pequeño pueblo ofrece casas encaladas, una antigua iglesia y una de las mejores vistas panorámicas de la Ría Formosa. Combine su tiempo en la playa con un paseo por el pueblo para disfrutar de un día lleno de tranquilidad, cultura y paisajes impresionantes.

Cacela Velha – Pequeño pueblo, vistas y la Ría Formosa

Escondido a tan solo 12 km al este de Tavira, Cacela Velha es un pueblo tranquilo y pintoresco que parece casi inafectado por el tiempo. Encaramado en lo alto de un acantilado bajo, este antiguo asentamiento se asienta en torno a una fortaleza del siglo XIII y ofrece vistas panorámicas de la laguna de Ría Formosa. El pueblo en sí es poco más que un conjunto de casas encaladas, una pequeña iglesia, un café y un intrigante cementerio integrado en la muralla, donde algunas tumbas están selladas en la mampostería.

A pesar de su tamaño, Cacela Velha alberga dos restaurantes muy apreciados que cobran vida durante los meses de verano, cuando los visitantes llegan para disfrutar de las inolvidables vistas y degustar mariscos frescos. El pueblo rezuma un encanto tranquilo y se disfruta mejor a pie, ya sea explorando sus calles históricas o simplemente disfrutando de la tranquilidad del ambiente costero.

Una de las principales atracciones es la playa, aunque llegar a ella añade una sensación de aventura. La costa se extiende sobre una laguna de marea, que se puede cruzar a pie durante la marea baja utilizando bancos de arena naturales. Sin embargo, la hora es crucial; el agua puede subir rápidamente, por lo que muchos optan por alquilar una pequeña embarcación de pesca para hacer el recorrido return.

Un corto paseo en coche o a pie le llevará a la cercana Fábrica, una pequeña aldea con acceso a la playa en barco y un fantástico restaurante de pescado junto al mar. Es el lugar ideal para disfrutar de una comida relajada después de un día explorando la belleza natural de esta zona única del Algarve.