A las afueras de Tavira se encuentra un paisaje surrealista de salinas, donde el agua de mar se evapora lentamente en cuencas poco profundas para producir sal marina de alta calidad, incluida la preciada “flor de sal.”

Puedes visitar el Salinas de Grelha (Olhão) para aprender sobre el proceso tradicional de recolección de sal, que se remonta a la época romana. Las visitas guiadas explican el funcionamiento de las salinas y la recolección manual de la sal con rastrillos de madera.

Tanto niños como adultos quedan fascinados por las piscinas geométricas y los colores cambiantes provocados por las algas, los minerales y las bacterias. Y sí, suele haber una pequeña tienda en el lugar donde se puede comprar sal artesanal para llevar a casa.

Si tienes suerte, también podrías ver flamencos alimentándose en las aguas salobres cercanas. Combina tu visita con un paseo a pie o en bicicleta por los senderos de las salinas y termina con una bebida refrescante en Tavira.

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