SotaventoEl lado de sotavento del Algarve susurra más que grita. Extendiéndose desde Faro hasta la frontera española, esta serena región invita no solo a visitarla, sino a... saborear—con todos los sentidos. Este es el Algarve para quienes disfrutan de la vida con calma, con una buena copa de vino en la mano y el aroma de hierbas silvestres en la brisa.
Aquí, el Parque Natural de la Ría Formosa Se despliega como una pintura viviente: salinas que brillan al sol, flamencos vadeando aguas salobres poco profundas y pasarelas de madera que conducen a playas isleñas tan prístinas que parecen desconocidas. Ya sea que navegues en kayak por sus canales o navegues a la deriva en una embarcación tradicional, la laguna ofrece tranquilidad y aventura.
Pero Los placeres de Sotavento tienen sus raíces tanto en la tierra como en el mar.Visita un lugar de trabajo olivar cerca de Tavira, donde la fruta todavía se cura con sal marina y paciencia. O tour bodegas localesComo la nueva sala de catas de Casa Santos Lima, a las afueras de la ciudad, donde el terroir de Tavira se embotella en tintos suaves y blancos frescos, que se disfrutan mejor con vino local cheese y pan fresco. No es solo una cata de vinos, es una celebración sensorial.
Disfrute de largos almuerzos en Santa Luzia, la capital del pulpo, o disfrutar de ostras frescas en fuseta, cosechadas sólo horas antes de llegar a tu plato. Mercados en Olhão y Loulé Ofrecen de todo, desde tomates tradicionales hasta cerámica artesanal. Y entre degustaciones, tómese su tiempo para explorar pueblos atemporales como Cacela Velha, donde las calles empedradas terminan en vistas panorámicas sobre el mar.
Este no es el Algarve de masas de los folletos. Este es auténtico Portugal, rico en sabor, textura y un descubrimiento suave. Una región donde El lujo reside en la sencillez—una terraza sombreada, una comida bien cocinada, la amabilidad de un comerciante, el fresco silencio de una vieja iglesia.
Deja que Sotavento te sorprenda. No solo con espectáculo, sino también con alma. Y una vez que hayas cogido su ritmo, no querrás irte nunca.

