Praia do Barril – Una playa con historia y tranquilidad

Ubicada justo al oeste de la isla de Tavira, Praia do Barril es una joya que combina a la perfección la belleza natural con un toque de historia local. Se puede llegar desde Pedras d'El Rei en un encantador trenecito o disfrutando de un paseo panorámico por un sendero de madera a través del Parque Natural de la Ría Formosa; ambas opciones forman parte de la experiencia.

El tren es divertido, sobre todo con niños, pero el paseo de 1,5 km es tranquilo y está lleno de aves, por lo que es perfecto para los amantes de la naturaleza. También se puede llegar en bicicleta por la ruta ciclista Ecovía que bordea la costa.

Lo que distingue a Praia do Barril es el impresionante "Cementerio de Anclas": cientos de anclas oxidadas dispuestas en hileras como homenaje a la histórica industria atunera de Tavira. Es un conmovedor y fotogénico recordatorio del patrimonio marítimo de la región.

La playa en sí es amplia y limpia, con arena fina y dorada y aguas tranquilas, ideales para nadar. Dispone de restaurantes, cafeterías, baños y tumbonas. Incluso en temporada alta, Praia do Barril ofrece un ambiente relajado y espacioso, perfecto para un día de playa completo y relajado.

Si busca un rincón tranquilo para disfrutar del sol al natural, el extremo de Praia do Barril acoge a naturistas respetuosos.

Cacela Velha – Pequeño pueblo, vistas y la Ría Formosa

Escondido a tan solo 12 km al este de Tavira, Cacela Velha es un pueblo tranquilo y pintoresco que parece casi inafectado por el tiempo. Encaramado en lo alto de un acantilado bajo, este antiguo asentamiento se asienta en torno a una fortaleza del siglo XIII y ofrece vistas panorámicas de la laguna de Ría Formosa. El pueblo en sí es poco más que un conjunto de casas encaladas, una pequeña iglesia, un café y un intrigante cementerio integrado en la muralla, donde algunas tumbas están selladas en la mampostería.

A pesar de su tamaño, Cacela Velha alberga dos restaurantes muy apreciados que cobran vida durante los meses de verano, cuando los visitantes llegan para disfrutar de las inolvidables vistas y degustar mariscos frescos. El pueblo rezuma un encanto tranquilo y se disfruta mejor a pie, ya sea explorando sus calles históricas o simplemente disfrutando de la tranquilidad del ambiente costero.

Una de las principales atracciones es la playa, aunque llegar a ella añade una sensación de aventura. La costa se extiende sobre una laguna de marea, que se puede cruzar a pie durante la marea baja utilizando bancos de arena naturales. Sin embargo, la hora es crucial; el agua puede subir rápidamente, por lo que muchos optan por alquilar una pequeña embarcación de pesca para hacer el recorrido return.

Un corto paseo en coche o a pie le llevará a la cercana Fábrica, una pequeña aldea con acceso a la playa en barco y un fantástico restaurante de pescado junto al mar. Es el lugar ideal para disfrutar de una comida relajada después de un día explorando la belleza natural de esta zona única del Algarve.